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  • Mario Pacheco Székely / goldenglobes.com

Martín Hernández:‘Bardo’ de Alejandro G. Iñárritu será un antes y un después en las páginas del cine


A sus 58 años Martín Hernández es uno de los más importantes supervisores de sonido y diseñadores de sonido de Latinoamérica para el mundo. Su premio BAFTA por el audio de la ganadora del Globo de Oro The Revenant (2015), así como un par de nominaciones más al mismo galardón y al premio de la Academia, fue consecuencia de traer su arte a los filmes de Guillermo del Toro y Alejandro G. Iñárritu. Éste último con quien está por estrenar en cines y en Netflix su última obra Bardo (2022).


Sin señas de desacelerar, Hernández porta consigo la tradición de la narración en audio desde que comenzara al lado de Iñárritu de conductores en WFM en la Ciudad de México, para de ahí salir a hacer historias visuales en publicidad, televisión, cine y exposiciones de realidad virtual. Mientras la voz de Martín es reconocida por más de una generación mexicana, sus dedos en las consolas de audio han hecho que realizadores como el ganador del Globo de Oro Sean Penn (Into the Wild), Walter Salles (On the Road), Carlos Reygadas (Batalla en el cielo), Roberto Sneider (Arráncame la vida), Eugenio Derbez (No se aceptan devoluciones), Josephine Decker (The Sky is Everywhere Apple TV+) y Roberto Hernández y el ganador del Globo de Oro Geoffrey Rush con su premiado documental Presunto culpable, alcanzaran a narrar sus historias con el poder, emoción y sutileza de la mezcla de sonido.

Es usted un innovador de la conceptualización del sonido para el cine en México y con proyectos relevantes en Estados Unidos. ¿Cómo se siente hoy Martín Hernández?

Creo que la primera condición para tener éxito es encontrarse a gusto con el trabajo y estar haciendo lo que te apasiona. Los últimos 5 años he pasado la mayor parte del tiempo en México, coordinando los servicios de post-producción de sonido de Cinematic Media, dentro de los estudios Gabriel García Márquez. Desde ahí hemos estado trabajando en películas y series para plataformas como HBO, Netflix y Amazon.

Como sabemos, en México no hay precisamente una industria de cine como tal. Y no la había porque no existía un flujo de trabajo constante. Entonces no podrías generar trabajo y no podías encontrar gente; porque había muy poca demanda y había esfuerzos aislados. Creo que estos 5 años, han sido para que exista primero la demanda de trabajo y entonces eso provoca la necesidad de encontrar gente nueva.

¿Cómo se sintió cuando los mexicanos Jaime Baksht, Michelle Couttolenc y Carlos Cortés , ganaron el Oscar de Mejor Sonido por Sound of Metal (2020)?

Obviamente me dio mucho gusto, porque siempre será una noticia muy buena que compartir con los amigos. Sentí mucha emoción y orgullo siendo colegas con los que he trabajado en el pasado, con los talentosos Michelle y Jaime. Carlos posee también mucho talento y coordina el estudio de audio de Carlos Reygadas. Con Nicolas Becker -aunque no es mexicano’- me tocó que hiciera las sesiones de foley de Hellboy II cuando yo apoyé en la supervisión y edición. También con Nico trabajé otra vez en On the Road de Walter Salles.

Ahora para la nueva película de Alejandro G. Iñárritu, Bardo, Nico han estado ayudándonos mucho porque es una tarea monumental. También se sumó el supervisor de audio de las películas de Gaspar Noé, Ken Yasumoto.

Hablando de Bardo y habiendo trabajado en todos los proyectos fílmicos de Iñárritu, ¿cómo se entera usted de lo que está gestando el director mexicano?, ¿es cuando tiene la idea terminada o desde antes?

Siempre un director es muy cauteloso en cuando decir las cosas, pues sabe hasta cuándo es el momento de sentir que es inminente su película nacerá. En el caso de Bardo, Alejandro me había platicado la idea de antemano, porque sé que la tenía desde hace tiempo. Ya cuando me presentó el proyecto me pareció un parteaguas en la historia de la cinematografía.

Creo que el filme es un antes y un después en las páginas del cine mundial y aunque es difícil de explicarlo, creo que el cine no existe por sí mismo; pero sí existen obras de los artistas. La industria cinematográfica es un subproducto de la existencia de los artistas que la hacen.

Si pensáramos en ese sentido por qué existe el cine y luego ves Bardo y te dices: “¡Ah!, por eso existe este cine”. Hay autores que hacen este tipo de películas que le dan un regalo a la humanidad con una obra. Pienso que cuando el cine toca ese universo -un universo que no tiene tiempo- no responde a una nacionalidad, es sencillamente un legado humano.

Usted e Iñárritu comenzaron juntos tras el micrófono en sus días de radio de WFM, México, haciendo época en los años 80 con historias sonoras. Tras tantos años y colaborar juntos, ¿cómo describe usted al oído de Alejandro?

Yo creo que Alejandro es más un hombre de audio que hombre de imagen -aunque evidentemente como director de cine también domina la imagen- sobre todo en esta película. En Bardo la experiencia sonora es lo que él oye en cada ambiente con todo y sus minucias. No dejo de sorprenderme el enorme reto en ese sentido que ha sido este proyecto; porque cuando comenzamos a concebir que habíamos ya entendido algo, nos dimos cuenta que apenas estábamos empezando. Y ese es el oído de Alejandro. Imagínate el tamaño del reto.

No tiene nada que ver en que no haya entendimiento o sea una persona caprichosa o que no sepa qué es lo que quiera, al contrario, Alejandro tiene claro quiere llegar a ese lugar. Evidentemente lo bonito de esto es que no sabemos si vamos a llegar a ese lugar por el camino A o el B o el C.

En la sala de edición Iñárritu, ¿le gusta filosofar del cine y de la vida, como lo ha hecho muchas veces al ser entrevistado y hablar de los conceptos tras sus películas terminadas?

Sí, sobretodo en este filme. Mucho de lo que Alejandro está sintiendo lo quiere percibir en la pantalla y en las bocinas. Entonces ahí llegamos a esa parte de cómo vamos a descubrir eso, ¿no?

Puedes darle una idea a Alejandro y no es esa la forma. Así que necesitamos tener un espíritu de resiliencia a la frustración como todos los profesionales que trabajamos en una película de este calibre. Es evidentemente que no es una crítica personal, sino que es un tema de exigencia que tiene Alejandro consigo mismo. Él espera que el resto de los involucrados sepan cada uno de los departamentos y que no hay una forma de descubrirlo rápido, tiene que ser poco a poco.

Refiriéndonos al aspecto técnico del sonido en esta nueva era de las producciones streaming, ¿cómo se concibe el diseño de sonido para una película que se estrena en salas de cine, pero que vivirá más la pantalla y sonido de cada hogar?

Literalmente el tamaño del sonido de la sala de cine y la distancia entre sus bocinas y los espectadores tiene que ver con el cómo los diseñadores de sonido distribuimos las sutilezas más tenues, altas y las más fuertes. La distancia es muy grande. A eso le llamamos rango dinámico.

En una proyección de cine tienes una sala calibrada. Te tienen en un cuarto oscuro atrapado y entonces ahí puedes tener esas sutilezas y estas distancias y este rango dinámico; pero en las plataformas no porque técnicamente no se puede.

Para Bardo estamos mezclando en Atmos y esto quiere decir que tienes bocinas en el techo, así como bocinas alrededor. Como el tamaño no es el mismo, tenemos que volver a hacer una mezcla que le llamamos nearfield; pero donde las distancias y rango dinámico se controlan y reducen a algo muy específico y que funciona muy bien para las plataformas en tu casa. Algunas de las pantallas de los últimos dos años, así como barras de sonido para el Home Theatre ya tienen decodificador Atmos que recurre a un algoritmo para recrear esta percepción.

Aprovechamos que lo tenemos con nosotros, ¿cuál sería un par de tips para los cinéfilos que deseamos calibrar nuestro equipo de sonido en casa?

Yo creo que un volumen cómodo, donde puedas entender el diálogo y que este se vuelva el punto de partida. Si la película está bien mezclada para nearfield cuando entren los aviones y las explosiones no va haber mayor problema.

También se puede colocar alfombra abajo de la pantalla y eso ayuda mucho a absorber la resonancia. Si tienes un librero o algo que absorba la resonancia alrededor tuyo también eso ayuda mucho.

¿Ve con optimismo que se siga profesionalizando más el oficio y arte del sonido en el cine, televisión y streaming en países como México?

Con mucho optimismo porque hay mucha gente con mucho talento queriendo trabajar. Ahora en mi estudio con tanto trabajo, es evidente la necesidad de tener gente nueva. Editores de sonido nuevos, así como que hagan foley y también mezclen, sumado a que ya tienen un lugar donde hacerlo, ayudará a que poco a poco avance esta hermosa profesión.

Hemos sacado talento de la cantera de todos lados. Desde graduados de escuelas de sonido hasta como yo, proveniente de la escuela de la vida.

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